El cambio como acto divino

El cambio es una constante. Siempre ha sido, siempre será. Y sin embargo, nosotros —los humanos— tendemos a resistirlo, especialmente cuando crecemos. Nos encariñamos con lo aprendido, con nuestras rutinas, con lo conocido. Nos duele soltar, romper, transformarnos. Hacer “crack” implica incomodidad. A veces es el dolor de reconocer que aquello en lo que creíamos —como la religión, como los finales eternos— fue solo una historia. O el vértigo de aceptar que todo, absolutamente todo, es pasajero. Que lo único permanente es dejar ir.

Pero, ¿por qué no abrazarlo?

¿Por qué no abrazar el cambio, la muerte, el legado?

Transformarse no es perderse. Es evolucionar. No solo como materia, sino como creación conjunta. Como danza de acciones, emociones y significados que emergen de nuestra capacidad de imaginar, de amar, de conectar con lo invisible. Lo metafísico no es menos real. Es, de hecho, lo que da sentido a lo tangible.

Y en ese flujo infinito, comprendemos que también nosotros somos una posibilidad más. Una manifestación única entre millones. La que es. La que existe. La que se contiene a sí misma, pues es la única que podemos habitar… por ahora.

Esa existencia —nuestra existencia— es perfecta en su incompletitud, porque su perfección no está en un estado final, sino en el movimiento. En el cambio constante. En la posibilidad.

Somos conductores de nuestras propias realidades. Arquitectos de futuros. Y en esa responsabilidad —en ese acto de decidir y actuar— aparece el sentido. Vivir con propósito no es una meta; es un camino. Un acto de creación continua. Un reflejo de lo que somos: universos mirándose a sí mismos. Dioses que se aman. Dioses que se descubren. Que se transforman.

El reto, entonces, no es evitar el cambio, sino elevarlo. Trascenderlo. Convertir cada transformación en una oportunidad para conocernos más, para profundizar, para ir más lejos. Porque el cambio no es el fin de algo: es el principio de algo más grande.

Y así, seguimos. Curiosos. Inquietos. Humanos. Divinos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *