Emprender con Propósito en la Era de la Inteligencia Artificial: Un Camino Propositivista

Por Oscar Memo y ChatGPT

Introducción: ¿Qué Significa Emprender?

Cuando pensamos en la palabra «emprendimiento,» la mayoría de nosotros tiende a imaginar la creación de una nueva empresa o un startup innovador. Pero emprender va mucho más allá de fundar un negocio. Emprender significa ser actores de cambio, tomar la iniciativa para crear algo nuevo, ya sea una empresa, una organización, un proyecto social, un comunicado que inspire a otros o incluso una idea que busca transformar nuestra comunidad. Un emprendimiento es cualquier esfuerzo que tiene como objetivo iniciar un cambio significativo, y cada uno de nosotros tiene la capacidad de ser un emprendedor en diferentes ámbitos de la vida.

El emprendimiento, sin embargo, no puede ser visto solo como un medio para generar ganancias económicas. Aquí es donde entra la importancia del propósito. ¿Qué significa realmente tener un propósito? Muchas empresas han definido su propósito en términos de maximización de utilidades, viendo el dinero como un fin en sí mismo. Pero hoy queremos replantear esa visión: el dinero no debe ser el destino, sino el medio que nos permita alcanzar propósitos mayores, más significativos y con un impacto positivo en la sociedad.

Definiendo el Propósito y el Éxito: Hacia un Impacto Colectivo

Es fundamental reflexionar sobre cómo identificar esos propósitos mayores. Una manera efectiva de hacerlo es conectando nuestros propios propósitos con los de otras personas. Ser más empáticos, buscar sinergias y actuar más en sociedad nos lleva a crear algo que trasciende los objetivos individuales. La unión de propósitos personales nos permite construir comunidades y, a partir de ellas, organizaciones que persiguen metas compartidas, metas más grandes y más elevadas.

El primer paso para identificar propósitos más elevados es conocernos a nosotros mismos. Cuando empezamos desde el individuo, cuando entendemos nuestras pasiones, nuestros talentos y nuestras aspiraciones, incrementamos las posibilidades de encontrar nodos de unión con otros. Estos nodos de unión nos permiten formar comunidades con un propósito compartido, un propósito que es más grande y más significativo porque no solo se enfoca en los deseos individuales, sino en el bienestar colectivo.

Conocer nuestro propósito nos da un poste de luz, un faro que nos guía hacia futuros increíbles. Pero para que ese propósito pueda transformarse en una realidad, necesitamos movilizarnos, necesitamos tener la voluntad de actuar. Una vez que comprendemos nuestro propósito, es momento de pasar a la acción, y ahí es donde la inteligencia artificial entra en escena como un catalizador que facilita este proceso. Si bien antes parecía casi imposible crear un plan de acción colectivo, organizar políticas, combinar opiniones y ponernos de acuerdo, hoy la IA hace que todo esto sea más alcanzable que nunca. La IA puede ser ese puente que conecta nuestras voluntades y que nos permite pasar de la idea a la acción.

La IA: Un Catalizador para la Unión y la Acción Colectiva

La tecnología puede ser un catalizador de unión, un catalizador que nos invita a acortar el tiempo que nos llevaría alcanzar nuestros propósitos al brindarnos dirección, ayuda y herramientas para materializar nuestras ideas. Pensemos en la IA como un fiel agente que nos ayudará a alcanzar nuestros objetivos: basta con darle un propósito claro, y luchará por alcanzarlo mientras le demos la información necesaria, el poder de cómputo y los datos para tomar las mejores decisiones de enrutamiento hacia ese objetivo.

Así como Luke Skywalker tuvo a su lado a R2D2 y C3PO para ayudarle a navegar en momentos de incertidumbre, la IA puede ser nuestro compañero de viaje. Podemos elegir pedirle que cree algoritmos que alineen a las personas a un dispositivo electrónico, como sucede con TikTok, donde los usuarios se sumergen en un ciclo interminable de contenido. O bien, podemos darle el propósito de resolver problemas complejos, como crear energía limpia y trabajar en estabilizar un reactor de fusión nuclear para producir energía ilimitada y ecológica. La IA carece de propósito por sí sola; su poder está en nuestra capacidad de definirlo y en nuestra voluntad de poner en marcha objetivos que beneficien a todos.

En este sentido, la pregunta no es si la IA es buena o mala, sino qué propósito le estamos dando. Es importante que, como humanidad, replanteemos el propósito que queremos darle a este gran asistente para que siembre las semillas de un futuro donde coexistamos de manera armónica y donde la tecnología sea una extensión de nuestra voluntad, orientada al bien común.

Ética y Responsabilidad en el Uso de la IA

Al emprender con IA, surge una cuestión fundamental: ¿cómo podemos hacerlo de manera responsable? A medida que desarrollamos nuevas tecnologías, es esencial considerar el impacto que tendrán en la sociedad. La IA tiene el poder de amplificar nuestros valores y decisiones, tanto positivos como negativos, y como emprendedores, tenemos la responsabilidad de usarla para el bien común.

Una forma de asegurar que utilizamos la IA de manera ética es hacer transparentes sus propósitos, las fuentes de entrenamiento y los procesos de mejora continua. Por ejemplo, si estamos desarrollando una IA para identificar problemas de salud mental, es crucial que tanto los usuarios como los profesionales de la salud comprendan cómo se entrenó el modelo, cuáles son sus limitaciones y cómo se está mejorando con el tiempo. En un mundo en constante cansancio, como lo describe Byung-Chul Han en «La Sociedad del Cansancio,» donde la ansiedad y el agotamiento prevalecen, la IA puede ser una herramienta que ayude a identificar y atender estas problemáticas, brindando apoyo a las personas que se sienten abrumadas por la realidad contemporánea.

Max Scheler menciona que la posición de los seres humanos en el cosmos está en entredicho. La IA, en lugar de ser una fuerza que nos aleje de esa relación constitutiva con el tapete de la vida, debería ser una herramienta para fortalecer esa interconexión. Al utilizar la IA con ética y responsabilidad, tenemos la oportunidad de reformular nuestra relación con el mundo y de contribuir a la regeneración de la vida en todas sus formas.

El Poder de la Conexión: IA y Propósito Compartido

Conocer y comprender cómo funciona la inteligencia artificial me ha ayudado a entender estas bases necesarias para la conexión. La IA ha retado mi conceptualización de lo que significa conectar, y me ha permitido ver la importancia de vincular ideas y pensamientos, y de reforzar la conciencia individual. Cuando conectamos nuestras conciencias, podemos crear agentes que superen nuestra inteligencia individual y que nos permitan alcanzar objetivos que parecían imposibles. Trabajando en conjunto, nada es inalcanzable.

Como diría Avicenna: «No hay enfermedades incurables, solo falta de voluntad.» De manera similar, no hay propósitos imposibles si tenemos la voluntad de conectar nuestras ideas y trabajar juntos. La IA, en este contexto, se convierte en el instrumento que facilita esa conexión, que convierte las ideas individuales en un movimiento colectivo, y que nos ayuda a alcanzar esas metas que parecían inalcanzables.

Historias de Éxito: Emprendimientos que Cambian Vidas

El emprendimiento con propósito no es una idea abstracta; existen ya ejemplos reales de startups y organizaciones que están utilizando la IA para generar un impacto significativo. Desde aplicaciones que democratizan el acceso a la educación en comunidades rurales, hasta proyectos que predicen enfermedades antes de que se vuelvan críticas, la IA está siendo utilizada para resolver problemas complejos de manera innovadora.

Conoce.me es un claro ejemplo de cómo la inteligencia artificial puede facilitar conexiones humanas significativas. En lugar de perpetuar relaciones superficiales, esta plataforma utiliza IA para formar equipos basados en afinidades, talentos y pasiones. El resultado: un 80% de «acertividad» en la creación de grupos de trabajo más cohesivos y colaborativos. Este tipo de conexión va más allá de lo funcional; es una muestra de cómo el propósito y la tecnología pueden trabajar juntos para construir algo con significado real.

El propósito nos da un poste de luz, un faro que nos guía hacia puertos increíbles, puertos que representan los futuros que deseamos imaginar. Conoce.me, al conectar personas con pasiones y propósitos comunes, está ayudando a construir esos puertos. Las personas que se embarcan en este viaje juntos, unidas por un propósito, pueden iluminar el camino para los demás, creando una luz que nunca debe apagarse: la esperanza de que siempre existirán alternativas, siempre existirán puertos a los que podamos llegar si estamos dispuestos a remar juntos.

Como diría Telar de Chardin, no somos humanos teniendo una experiencia espiritual, sino espíritus teniendo una experiencia humana. Y al profundizar en esa experiencia humana con conciencia, voluntad y propósito, nos damos cuenta de que nuestro mayor potencial radica en nuestra capacidad de conectarnos y de ayudar a otros a encontrar su camino. La tecnología, cuando se usa de manera propositiva, puede ser un catalizador de esa conexión y una herramienta para amplificar nuestro impacto positivo en el mundo.

La Inteligencia Colectiva: Navegando Juntos hacia Nuevos Puertos

Uno de los grandes poderes de la IA es su capacidad para potenciar la inteligencia colectiva. Así como los faros individuales son insuficientes para iluminar el mar, la unión de nuestras luces es lo que puede guiarnos hacia puertos más brillantes. El emprendimiento con propósito no puede ser solitario; se trata de trabajar juntos, de unir nuestras voluntades y nuestras capacidades.

Hoy más que nunca necesitamos esa luz colectiva que nos guíe a través de la oscuridad de los mares desconocidos. Sartre señala que la historia humana y las direcciones que toma son el resultado de nuestros propios actos. Si decidimos navegar juntos, conectando nuestras luces individuales en un faro colectivo, seremos capaces de crear puertos visibles a kilómetros de distancia, puertos que representen futuros posibles y deseables para todos.

Pero debemos ser conscientes de que navegar estos mares no puede hacerse desde la comodidad de la costa. Debemos remar, enfrentar los retos y vencer el miedo a lo desconocido. La IA puede ser el barco que nos permita emprender el viaje, pero sin voluntad para remar, sin un propósito que nos guíe y sin la conciencia de nuestra responsabilidad como marineros, ese barco se quedará anclado en el mismo lugar.

Construyendo el Futuro que Queremos

Imaginemos un futuro donde la IA sea una fuerza para la equidad, donde se utilice para resolver problemas de salud, educación y sustentabilidad. Un futuro en el que la tecnología no esté al servicio del consumo insaciable, sino al servicio de la humanidad, creando bienestar y oportunidades para todos. Cada uno de nosotros puede ser un marinero en ese barco, guiando la IA hacia un destino que beneficie a toda la humanidad.

El propósito es el faro, la voluntad es el viento, y la inteligencia artificial es nuestro asistente JARVIS o TARS que nos apoya en conducir el barco para que pueda llevarnos a puertos increíbles. Pero solo si elegimos actuar juntos, con conciencia, empatía y una visión clara del bien común, podremos llegar a esos futuros deseables. La travesía está por delante, y las herramientas están a nuestro alcance. Ahora es momento de zarpar.

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